Drogas Estimulantes (como la cocaína y la metanfetamina):
- Aumento de la energía y la euforia.
- Incremento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Reducción del apetito.
- Agitación y comportamiento agresivo.
- Insomnio y dificultad para conciliar el sueño.
- Paranoia y alucinaciones en dosis altas.
Drogas Depresoras (como el alcohol, los opioides y los sedantes):
- Efecto de relajación y sedación.
- Disminución de la frecuencia cardíaca y la respiración.
- Confusión y dificultad para concentrarse.
- Mareos y coordinación motora reducida.
- Pérdida de memoria a corto plazo.
- Coma o muerte por sobredosis en casos graves.
Marihuana (THC):
- Euforia y relajación.
- Alteraciones en la percepción del tiempo y el espacio.
- Aumento del apetito (“antojos”).
- Disminución de la memoria a corto plazo.
- Ansiedad, paranoia y ataques de pánico en dosis altas o en personas susceptibles.
- Efectos a largo plazo en la función cognitiva y el desarrollo cerebral, especialmente en adolescentes.
Drogas Alucinógenas (como el LSD, la psilocibina y el MDMA):
- Alteraciones en la percepción sensorial y la conciencia.
- Alucinaciones visuales, auditivas y táctiles.
- Cambios en el estado de ánimo y la percepción del tiempo.
- Ansiedad, pánico y paranoia en dosis altas o en entornos desfavorables.
- Experiencias espirituales o místicas en algunos casos.
Drogas Inhalantes (como el pegamento, el aerosol para pintar, y los gases comprimidos):
- Euforia y excitación inicial.
- Mareos, confusión y desorientación.
- Náuseas y vómitos.
- Daño cerebral y daño en los pulmones.
- Muerte por asfixia o paro cardíaco en casos extremos.